sábado, 23 de enero de 2021

Tú dices (LAUREN DAIGLE - YOU SAY) | Español

Alex Marquez - Destinado Para Impactar (Videoclip Oficial)

Blanca-Quebrantado Video Lirics

Amor Real Blanca Letra

Como desarrollar una fe fuerte,Pastor Kenneth Copeland, nuestro comentario:Sin Fe es imposible agradar a Dios, sin la Fe nuestras vidas son un fiasco espiritual,sin Fe, la Fe de Dios que llama las cosas que NO son como SI ya fueron, es decir que Dios ve es UN PRODUCTO TERMINADO, El no se fija , no se detien en el proceso tuyo humano, ni se detiene por todos tus errores cometidos o por cometer, El solo se detiene a mirar es TU FE y TU CORAZON DISPUESTO a CREER,es tu FE la que El mira.....LA FE DEBE SER ALIMENTADA A DIARIO CON SU PALABRA, LA FE ES TU DECICION PORQUE TODAS COSAS QUE VEMOS FUERON CREADAS FUE POR FE, ESA FE DE DIOS,DECIRLO,CREERLO Y QUE SEA MANIFIESTO....NADA MAS SE PUEDE OBSERVAR SEGUN TUS 5 SENTIDOS....NOOOOOOO,TODO LO QUE HOY VEMOS Y TENEMOS SE HIZO DE LO QUE NO SE VEIA,CON LA FE DE DIOS FUE CREADA, ASI QUE TEN LA FE DE DIOS,CREE POR SU PALABRA,NO POR LO QUE TUS SENTIDOS DIGAN.....SOMOS LA VICTORIA DEL CREYENTE LA FE....VENEZUELA Y JESUS ES EL SEÑOR.....

martes, 9 de junio de 2020



NUNCA,JAMAS,NUNCA,NUNCA,JAMAS,JAMAS....DIOS TE PROBARA TU FE NI TE ENVIARA "PRUEBAS" PARA "ENSEÑARTE ALGO"....TAMPOCO ENVIARA A TU CUERPO ENFERMEDADES PARA DECIRTE O EXPRESARTE O EXHORTARTE ALGO.....PORQUE FUE satanas QUIEN PUSO EN EL CUERPO DE PABLO ESE "AGUIJON" O "DEBILIDAD" PARA TRATAR DE HACERLO DESVIARSE DE SU LLAMADO,DE LA GRACIA QUE YA JESUS LE HABIA ENTREGADO POR MEDIO DE SU PALABRA Y EL SACRIFICIO EN LA CRUZ.....PABLO SENTIA EN SU INTERIOR ERA CULPA POR TODO LO QUE HABIA HECHO ANTES DE QUE JESUCRISTO LLEGARA A SU VIDA....satanas QUISO FUE CONFUNDIRLO, ENGAÑARLO,DISTORCIONAR LO QUE YA EL HABIA RECIBIDO DE DIOS...Y POR ELLO AL CONSULTAR CON DIOS,EL SOLO LE RESPONDIO HIJO: MI GRACIA ES SUFICIENTE PARA QUE SEAS LIBRE DE TODA CULPA...ASI QUE YA NO LE ACHAQUES A DIOS,ENVIO DE PRUEBAS O ENVIO DE ENFERMEDADES O CULPA POR CAUSA DE TU NO RECIBIR LA GRACIA Y PERDONARTE A TI MISMO YA QUE JESUS,DESDE LA CRUZ,TE PERDONO...LOS PECADOS PASADOS,LOS PRESENTES Y HASTA LOS FUTUROS(ojo,no es licencia para pecar)....Ps.Carmen de Garcia....SIGUENOS POR INSTAGRAM ....lavictoriadelcreyentelafe

lunes, 11 de mayo de 2020

04 de mayo

Sin sorpresas

Kenneth Copeland
«Pero Dios nos las reveló a nosotros por medio del Espíritu, porque el Espíritu lo examina todo, aun las profundidades de Dios»
(1 Corintios 2:10)

Dios no está lleno de sorpresas. Él no es un ser impredecible a quien le gusta que estemos adivinando qué se propone hacer. Sin embargo, muchos creyentes tienen la idea de que Él es así.

Dicen: “Nunca se sabe lo que Dios hará”. Y para decir eso, se basan en 1 Corintios 2:9, donde dice: «Las cosas que ningún ojo vio, ni ningún oído escuchó, ni han penetrado en el corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para los que lo aman». La interpretación que muchos dan a ese pasaje es que Dios guarda secretos que no quiere dar a conocer a Su pueblo.

Pero ¡alabado sea Dios!, así no es como Él actúa.

De hecho, en el versículo 10 de ese mismo pasaje leemos que Él nos ha dado Su Espíritu para revelarnos esos secretos. Él quiere que sepamos todo lo que está en Su corazón. Si andas a oscuras en cuanto a la voluntad de Dios para tu vida, no debes permanecer en esa condición. Él desea que conozcas Sus planes y las cosas que ha preparado, y te los mostrará si se lo permites.

Así que deja de tratar de adivinar. Decide hoy que comenzarás a recibir esa revelación del Espíritu Santo. Cuando leas la Palabra, ora en el Espíritu y pídele que dé a conocer la verdad de las Escrituras. Pídele que derrame Su luz sobre ellas y que te muestre exactamente cómo aplicarlas a tu vida.

Recuerda que Dios no tiene la costumbre de guardar secretos, sino revelarlos para que los conozcamos. Tómate el tiempo para escucharlo y nunca tendrás que conformarte con una vida de incertidumbre.

Lectura bíblica: 1 Corintios 2:1-16

03 de Mayo

¿Puede Dios contar contigo?

Gloria Copeland
«El Señor le respondió: «¿Quién es el mayordomo fiel y prudente, al cual su señor deja a cargo de los de su casa para que los alimente a su debido tiempo?»
(Lucas 12:42)

Con frecuencia alabamos a Dios por Su fidelidad. Estamos agradecidos de que siempre podemos contar con que Él esté a nuestro favor. Pero rara vez consideramos el hecho de que Él necesita también que seamos fieles.

Es cierto. Dios necesita gente con la que pueda contar. Él necesita administradores fieles y sabios a quienes pueda confiar Su casa. En esta hora final, Dios necesita administradores fieles para poder revelarse de forma más amplia a toda la Tierra.

Quizás digas: “¡Oh, hermana Gloria, Dios no necesita de mí!”

Sí, Él te necesita. Desde la época de la Creación, cuando le dio al hombre dominio sobre la Tierra, Él ha necesitado gente que trabaje con Él para que Su voluntad se cumpla aquí en la Tierra. Y en la Biblia podemos encontrar un ejemplo de esto. Cuando los hijos de Israel estaban en cautiverio en Egipto y Él quería sacarlos, buscó a un hombre, Moisés, para que hiciera el trabajo. La responsabilidad de Moisés fue extender la mano y exigir que la voluntad de Dios se hiciera en la Tierra.

¿Por qué escogió a Moisés? Porque necesitaba a alguien que fuera fiel y se atreviera a actuar conforme a Su Palabra. Necesitaba a alguien con quien pudiera contar, y Él sabía que Moisés era esa clase de hombre. En el Salmo 103:7 leemos: «Dio a conocer sus caminos a Moisés; los hijos de Israel vieron sus obras». Si Moisés no hubiera sido fiel en conocer los caminos de Dios, el pueblo de Israel jamás habría visto las obras de Dios.

Dios te necesita, así como necesitó de Moisés. Él necesita que seas fiel y estés atento a las cosas espirituales. Él necesita que seas alguien en quien pueda confiar, que conozcas Su Palabra y seas obediente a ella. Dios necesita que seas un administrador que extiende su mano como Moisés lo hizo, para que Él pueda hacer señales y prodigios entre la gente.

¿Serás fiel? Es una decisión que sólo tú puedes tomar, nadie más podrá decidir por ti. Ahora mismo, comprométete a ser un siervo fiel y prudente. Di en tu corazón y con tu boca: “¡Dios, puedes contar conmigo!”.

Lectura bíblica: Salmos 105:23-45

02 de Mayo

Entrena tu espíritu

Gloria Copeland
La gracia nos ha entrenado a rechazar y a renunciar a toda impiedad (inmoralidad) y a todos los deseos (pasiones) mundanos; y también nos ha entrenado a vivir en forma discreta (controlada, moderada), honesta, devota (espiritualmente plenos) en este mundo”
(Tito 2:11-12, AMP)

Cuando un atleta inicia su entrenamiento, practica para mejorar sus habilidades. Repite los mismos movimientos una y otra vez hasta que puede hacerlos con toda naturalidad.

La mayoría sabemos que esa clase de entrenamiento físico es sumamente importante para poder triunfar en lo que se esté compitiendo. Pero ¿sabías que podemos entrenarnos de esa misma forma en lo que respecta a las cosas espirituales?

¡Así es! Leemos en Hebreos 5:14 que podemos entrenar nuestros sentidos físicos con el fin de llegar a discernir entre el bien y el mal. Cuando te entrenas o ensayas para algo, te estás exponiendo diariamente a lo que quieres llegar a ser. Lo ensayas y lo practicas una y otra vez hasta que puedas hacerlo con toda naturalidad. Las personas perezosas se han entrenado para ser perezosas. Sin embargo, las personas disciplinadas se han entrenado para ser disciplinadas.

Pasar tiempo con Dios es un entrenamiento espiritual. Cuando se hace con diligencia, el espíritu se fortalece y empieza a superar los malos hábitos de la carne.

Por ejemplo, si te cuesta mucho levantarte por la mañana para pasar tiempo con Dios antes de que empiece el trajín del día, si normalmente te rindes a la carne y te quedas en la cama, entonces es necesario que comiences a practicar el hábito de levantarte temprano. Cuanto más lo practiques, más fácil te será.

No esperes hacerlo perfectamente al principio. No te desanimes cuando falles. Lo que necesitas es entrenamiento. Levántate y vuelve a practicarlo.

Sé un atleta espiritual. Sométete al entrenamiento y practica las cosas de Dios. Fortalece tus músculos espirituales en la comunión con Dios. Te sorprenderás al darte cuenta de que puedes llegar a ser un gran vencedor.

Lectura bíblica: 2 Pedro 1:2-11

01 de Mayo

Atraviesa la pared

Kenneth Copeland
«¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!»
(Filipenses 4:13)

Estás corriendo la carrera que tienes por delante, moviéndote a toda velocidad con la bendición de Dios. De repente, ¡zas! Te estrellas contra una pared. Puede ser una pared de enfermedad o de dificultad económica, de fracaso espiritual o de problemas familiares. Sin importar que tipo de pared sea, el efecto siempre es el mismo. Te detiene por completo.

La pregunta después del impacto es: ¿Qué harás? Te sentirás tentado a retroceder y a renunciar pero, ¡no lo hagas! Dios te capacitará para atravesar esa pared y proseguir a la meta.

No estoy diciendo que es fácil. En realidad, es bastante difícil. Pero deberás perseverar en los tiempos difíciles si quieres progresar en la vida.

Pregúntale a cualquier atleta y te dirá lo mismo. Si el atleta ha triunfado, sabrá de qué se trata. Él ha tenido que entrenarse y prepararse al máximo. Ha sentido que le duele el costado y también los pulmones; ha tenido calambres en las piernas y los muslos. Cuando sintió que ya no podía más, escuchó el grito del entrenador: “¡Vamos! ¡Muévete!”.

Los atletas le llaman a eso “estrellarse contra la pared”. Cuando eso sucede, el cuerpo dice: “No más, es todo lo que puedo hacer. No puedo seguir. No puedo ir más rápido, me rindo”.

Pero el atleta experimentado sabe que “la pared” no es el final, sino una señal de que está a punto de alcanzar un nuevo nivel. Si se esfuerza un poco más, volverá a recobrar las energías. De repente, irá más rápido que antes, alcanzará un nivel de excelencia que no hubiera podido alcanzar de ninguna otra manera.

Cuando te sientas en la peor condición y el fracaso esté golpeando a tu puerta, sumérgete en la Palabra de Dios. Quizás medites en un pasaje en particular por días o semanas, esperando recibir una revelación, al parecer sin éxito. Pero de pronto, como la aurora de la mañana, la luz irá en aumento hasta que el día sea perfecto. Eso quiere decir que la manera de atravesar esa pared de problemas es abriendo un agujerito en ella con tu fe y con la Palabra de Dios.

Luego continúa perforando ese agujero. ¡No te detengas! ¡Y, muy pronto, las fuerzas de Dios irrumpirán con violencia, demoliendo todo obstáculo a su paso! Una vez que eso suceda, nunca más serás el mismo y quedarás totalmente convencido de que sólo se necesita una irrupción como ésa para convertirte en ese campeón que nunca se rinde y que nunca desfallece.

Lectura bíblica: 1 Corintios 9:24-27

30 de abril

Da con alegría

Gloria Copeland
“Cada uno dé como había pensado y propuesto en su corazón: no con pesar o con tristeza, o por obligación, porque Dios ama (Él se complace en premiar sobre todas las cosas, y no está dispuesto a abandonar o despreciar) al dador alegre (gozoso, ‘pronto para actuar’)… Y poderoso es Dios para hacer que abunde en ustedes toda gracia (cada favor y bendición terrenal)”
(2 Corintios 9:7,8 AMP)

Algunos te dirán que necesitas “dar hasta que duela”. No lo creas. Dios no quiere regalos entregados con sufrimiento. ¡Él quiere regalos ofrecidos con gozo! De hecho, ésas son las únicas dádivas que a Él le agradan.

Es por eso mismo que Dios añadió Su promesa de abundancia a Su mandato de dar con alegría. Ambos están conectados.

La llave que abre la tesorería de Dios es una ofrenda gozosa, llena de fe y regocijo. ¿Has visto alguna vez un grupo de personas dando de esa manera? Yo lo he visto. Nunca lo olvidaré. Hace algunos años estaba en una campaña cuando el tiempo de la ofrenda se convirtió en una celebración sobrenatural y espontánea. Kenneth entonaba el canto llamado “Bread upon the water” (Pan sobre el agua), y la gente danzaba por los pasillos mientras se acercaban a ofrendar. El gozo en ese lugar fue maravilloso. Sanidades y milagros grandiosos sucedieron esa noche.

Pero lo que más me impresionó fue la forma alegre y entusiasta en que la gente trajo sus ofrendas a Dios. La ofrenda no era extraída de ellos como cuando un dentista extrae una muela. La ofrecieron alegremente.

El concepto de “dar hasta que duela” no proviene de Dios. Él prefiere que le des diez pesos con esa clase de regocijo que veinte con dolor. En 2 Corintios 8:11-12 (NVI), el apóstol Pablo insta a la iglesia de Corinto a dar con buena voluntad. Buena voluntad. ¡Eso es lo que Dios busca!

Si no has dado de esa manera en el pasado, toma la firme decisión de comenzar a hacerlo. Arrepiéntete de las veces en que has dado de mala gana. Luego, pasa un tiempo especial en oración con Dios y Su Palabra, para que la próxima vez que ofrendes, lo hagas con un corazón dispuesto.

Olvídate del “dolor” de dar. Sé un dador alegre, gozoso y dispuesto. Créeme—¡tus bendiciones abundarán!

Lectura bíblica: 2 Corintios 9:6-15

29 de abril

No dejes que el diablo te engañe

Gloria Copeland
«Cuando [el diablo] habla mentira, habla de lo que le es propio; porque es mentiroso y padre de la mentira»
(Juan 8:44)

Para algunas personas es difícil creer en las promesas de Dios porque han visto muchas cosas en el mundo natural que parecen contradecirlas. Han visto diezmadores fieles irse a la quiebra. Han visto cristianos enfermos que no han recibido sanidad.

En realidad, sería más exacto decir quepiensan que han visto esas cosas. Esto sucede porque, en el mundo, hay un engañador muy activo. Un impostor que con diligencia ha estado haciendo el mismo trabajo desde el huerto de Edén: engañando a la humanidad para que crea que la Palabra de Dios es una mentira.

Y después de maquinarlo por miles de años, lo ha perfeccionado. La próxima vez que él diablo trate de hacerte ver las cosas como si la Palabra de Dios no fuera a obrar en tu vida, piensa en eso; cuando te haga ver que toda esperanza está perdida, dile: “No me preocupan las apariencias. Yo creo en la Palabra y rechazo toda duda”.

Déjame mostrarte lo que quiero decir. ¿Has visto un espectáculo de magia donde alguien se mete dentro de un cajón y luego lo parten por la mitad con una sierra? Puedes verlo con tus propios ojos. Los pies de la persona salen por un lado del cajón y su cabeza se asoma por el otro,  el cajón queda dividido en dos. Entonces, el mago une las dos mitades, y la persona que estaba en el interior del cajón salta fuera del el.

Ahora dime, ¿de verdad creíste, aunque sea por un instante, que a esa persona la cortaron por la mitad? ¡Claro que no! Sabías que habías visto un truco, un engaño, algo que parecía de cierta manera cuando, en realidad, era de una forma completamente diferente. Quizás no sepas cómo se hizo. Tal vez no seas capaz de explicarlo. Pero sabes que a una persona no pueden cortarla por la mitad y luego volverla a unir.

De esa manera debes pensar con respecto a la Palabra de Dios. Necesitas aprender a confiar y a depender de ella, a tal punto que cuando Satanás te muestre algo en el mundo natural que parezca contradecirla, puedas decir: “Bueno, yo vi eso, pero no voy a ser tan insensato para creerlo. Yo sólo creo la Palabra de Dios”.

Si haces eso, el padre de mentira nunca podrá engañarte.

Lectura bíblica: Salmos 119:89-104

28 de abril

Sigue tu sueño

Gloria Copeland
«Pero Moisés le respondió a Dios: «¿Y quién soy yo para ir ante el faraón y sacar de Egipto a los hijos de Israel?» Y Dios le respondió: «Ve, pues yo estaré contigo. Y esto te servirá de señal, de que yo te he enviado: Cuando tú hayas sacado de Egipto al pueblo, ustedes servirán a Dios sobre este monte» 
(Éxodo 3:11-12)

¿Alguna vez has tenido un sueño inspirado por el Espíritu Santo, un sueño de hacer algo realmente grande para Jesús? ¿Un sueño de ser tan próspero que puedas financiar un avivamiento en toda la nación? ¿El sueño de llevar miles de personas al Señor?

Quizás lo hayas tenido alguna vez, pero tal vez no te atreviste a llevarlo a cabo. Posiblemente pensaste: “Yo no puedo hacer eso. Satanás me ha mantenido derrotado por tanto tiempo que tengo una imagen muy pobre de mí mismo”.

Si es así, te tengo buenas noticias. Si confías en Dios, aunque tu autoimagen sea muy pobre, no te apartarás del éxito. Lee el libro de Éxodo y verás el ejemplo de un hombre que lo demostró. Su nombre era Moisés.

Moisés no tenía una buena imagen de sí mismo. Había cometido un error gravísimo al inicio de su carrera. Fue un error que lo llevó al desierto, en el que estuvo 40 años pastoreando las ovejas de otra persona.

Moisés había soñado una vez con ser el libertador del pueblo de Dios, pero ya no. En su opinión, él era un derrotado… un fracasado… ¡un frustrado!

Pero Dios no pensaba así. De hecho, cuando Dios se apareció a Moisés en el desierto, no le pidió que le mostrara sus méritos. Tampoco le mencionó nada acerca de su turbio pasado. Sólo le dijo que fuera a ver a Faraón y que le dijera que dejara ir al pueblo de Dios.

Pero Moisés seguía lidiando con la pobre imagen que tenía de sí mismo. “¿Quién soy yo para presentarme delante del Faraón?”, balbuceó él. ¿Sabes cómo le respondió Dios? Le dijo«…Ve, porque yo estaré contigo».

No importaba quién era Moisés. Lo que importaba era que el Dios viviente estaba con él. Lo mismo es cierto acerca de tu vida hoy. No necesitas poseer una lista de éxitos para responder al llamado de Dios. No necesitas un gran conjunto de méritos espirituales. Todo lo que necesitas es la presencia del Señor.

Piensa en eso, cuando el diablo te diga que eres un fracasado y que nunca podrás hacer lo que Dios te ha puesto en el corazón, ponlo en su lugar. Dile que no importa quién eres, pues el Dios viviente está de tu lado. ¡Luego, atrévete a seguir tu sueño!

Lectura bíblica: Éxodo 3:1-14

27 de abril

La obediencia no es insignificante

Kenneth Copeland
«Pero el que oye mis palabras y no las pone en práctica, es como quien construye su casa sobre el suelo y no le pone cimientos. Si el río golpea con ímpetu la casa, la derrumba y la deja completamente en ruinas» 
(Lucas 6:49)

¿Has pasado por tiempos en tu vida cuando parece que cada vez que asistes a la iglesia, cada vez que pasas tiempo en oración y cada vez que abres la Biblia, recibes una revelación de Dios? Yo sí. Espiritualmente, todo va muy bien. Me hace sentir más alto que un pino frondoso. Pero, de repente, algo empieza a suceder. Comienzo a secarme en las cosas espirituales.

En esos tiempos lo mismo da orar o leer la Palabra, ya que en lo espiritual no puedo llegar a ninguna parte. ¡Estoy tan seco que mi espíritu rechina!

Eso solía desconcertarme. No sabía cuál era la causa. No tenía ningún pecado en mi vida. De eso estaba seguro. Seguía orando, seguía meditando, seguía poniendo en práctica y confesando la Palabra. Pero en lugar de obtener resultados, no lograba llegar a ninguna parte. Me paraba frente al espejo y confesaba fe una y otra vez, y la única cosa que sucedía era que mi voz se agotaba.

Si eso te ha sucedido, ¿puedo hacerte una sugerencia? Regresa al pasado y piensa en lo último que Dios te pidió que hicieras y no hiciste—¡y hazlo!

Probablemente no es nada grave. Sólo una cosa que parece insignificante. Pero, créeme, esas pequeñas desobediencias secarán el fluir del Espíritu tanto como las más grandes.

La mayoría de nosotros no nos damos cuenta de eso. Nos arrodillamos y oramos: “Señor, yo quiero ir a China por ti. Iré a África. Iré a Rusia”. Pero cuando Dios dice: Ve a la casa de tu vecino, no le damos importancia.

“Yo no puedo hacer eso —decimos—. No le caigo bien. Además, quiero ser como el hermano Schambach y montar una gran carpa evangelística”.

Si has actuado de esa manera, arrepiéntete. Luego, vuelve al lugar de donde te desviaste y haz lo que Dios te dijo. Recuerda: de ahora en adelante, por más insignificantes que parezcan ser las instrucciones de Dios, obedecerlas no es algo pequeño. Esos hechos simples de obediencia son los que harán que tu casa espiritual permanezca en pie, o se derrumbe. Todas esas cosas pequeñas combinadas se convierten en el rumbo que toma nuestra vida.

Lectura bíblica: Lucas 16:1-10

domingo, 26 de abril de 2020

26 de abril


Permanece firme en la paciencia

Por Gloria Copeland
«…no se hagan perezosos… sigan el ejemplo de quienes por medio de la fe y la paciencia heredan las promesas»
(Hebreos 6:12)

Has estado viviendo por fe y confiando en que Dios suplirá lo que necesitas. Pero ¿qué haces cuando las respuestas se demoran y sientes el deseo de darte por vencido?

¡Se paciente!

En estos días no se habla mucho acerca de la paciencia. Pero, cuando se trata de recibir de Dios, es tan importante como la fe. La paciencia marcará la diferencia entre el éxito y el fracaso.

La paciencia moldea y sostiene la fe hasta que el resultado se manifiesta. Después de que hayas meditado en las promesas de Dios y las tengas en tu espíritu, la paciencia te animará a permanecer firme. La paciencia es poder. Ésta tiene la valentía de rechazar la mentira de Satanás, la cual te dice que la Palabra de nada te servirá. La paciencia sabe que la Palabra de Dios nunca ha fallado. La paciencia no se retirará atemorizada, sino que permanecerá firme en fe hasta que reciba la respuesta.

Cuando los resultados de tu fe parezcan demorarse, ¡no te des por vencido! Continúa pacientemente dándole prioridad a la Palabra de Dios en tu vida, y puedes estar seguro de que recibirás la promesa de Dios.

Lectura bíblica: Hebreos 10:32-39

25 de abril


Ya ha empezado a llover!

Por Kenneth Copeland
«Y ustedes también, hijos de Sión, alégrense y llénense de gozo en el Señor su Dios; porque él les ha dado la primera lluvia a su tiempo, y enviará sobre ustedes lluvias tempranas y tardías, como al principio» 
(Joel 2:23
)

Se avecina una inundación espiritual. Dios lo ha prometido. Él nos ha prometido un derramamiento del poder del Espíritu Santo que producirá la cosecha más grande de almas que jamás se haya visto.

Como creyentes, por años lo hemos leído en la Palabra y escuchado desde los púlpitos. Por tanto tiempo hemos estado observando el cielo, esperando que suceda, que ya tenemos calambres en nuestros cuellos espirituales. Hemos tenido esta imagen mental de Dios derramando Su Espíritu desde un enorme cántaro celestial encima de nosotros.

Pero ¿sabes qué? Hemos estado mirando en la dirección equivocada. Los cántaros que Dios usará para derramar. Su poder están aquí en la Tierra. Jesús lo explicó así: «Del interior del que cree en mí, correrán ríos de agua viva, como dice la Escritura» (Juan 7:38).

El derramamiento del tiempo final que hemos estado esperando va a estar compuesto de aguas vivas que emanarán de los creyentes. El Espíritu Santo dentro de nosotros, será la fuente de todas las señales, maravillas y milagros que los profetas anunciaron. Cuando comencemos a orar con fervor la oración de intercesión, el derramamiento de ese poder comenzará a fluir.

En Zacarías 10:1 leemos: «Pidan ustedes al Señor que llueva en la estación tardía, y el Señor enviará relámpagos y a cada uno le dará lluvia abundante y hierba verde en el campo».

Nuestras oraciones intercesoras son las que liberarán el gran derramamiento del Espíritu de Dios. Al comenzar a unirnos y clamar a Dios, los ríos de agua viva en cada uno de nosotros se unirán y llegarán a ser una inundación de poder espiritual en la Tierra.

Así que, pide y ora por una fuerte inundación del Espíritu Santo. Intercede por el derramamiento. Haz de este diluvio de poder espiritual sea una prioridad en tu vida de oración. ¡Gloria a Dios, ya empezó a llover!

Lectura bíblica: Joel 2:23-32

viernes, 24 de abril de 2020

24 de abril


De adentro hacia afuera

Por Gloria Copeland
«Por lo tanto, todos nosotros, que miramos la gloria del Señor a cara descubierta, como en un espejo, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor» 
(2 Corintios 3:18)

¿Alguna vez has considerado el hecho de que el hombre es la única criatura creada por Dios que debe usar ropa para cubrirse? Todas las otras criaturas poseen sus propias vestiduras. A algunas les crece pelaje, a otras plumas, escamas o piel curtida. ¡Pero todas se visten de adentro hacia fuera!

La mayoría de la gente no lo sabe, pero, al principio, el ser humano se vestía también de esa manera. El hombre fue hecho a la imagen de Dios. En Ezequiel 8:2 vemos que Dios se viste de fuego desde sus lomos hacia arriba y hacia abajo. Ese fuego es Su gloria, la cual emana hacia afuera desde Su interior.

Cuando el hombre fue creado también era así. Adán estaba vestido con la misma gloria de Dios. Resplandecía desde su ser interior hacia afuera. Por eso, no tenía conciencia de su desnudez hasta después de pecar, y la gloria se alejó de él.

Fue un día trágico cuando el hombre perdió esa gloriosa vestidura. Pero quiero que sepas algo: no se perdió para siempre. En la Palabra de Dios dice que podemos recuperarla.

Cuando pusimos nuestra fe en la Sangre de Jesús y nacimos de nuevo, la gloria de Dios vino a morar otra vez en nosotros. Quizás ahora esté bien oculta, pero créeme, está ahí.

La Biblia dice que al mirar el rostro del Señor (cuando estudiamos Su Palabra y estamos en comunión con Él) y al renovar nuestra mente para entender mejor quiénes somos en Cristo, nuestra imagen externa será también transformada a la imagen del Señor. Al aprender a escuchar la voz de Dios y obedecerle, comenzaremos a reflejar externamente la gloria misma de él que hay en nosotros. Poco a poco ¡seremos transformados de adentro hacia fuera!

En lugar de mantener tu mirada en tu guardarropa cada mañana, tómate el tiempo para contemplar a Jesús y meditar en Su Palabra. Deja que Él te vista con Su presencia radiante. Una vez que la gloria del Señor comience a brillar en tu vida, cualquier cosa que te pongas se te verá hermosa.

Lectura bíblica: Salmo 8

23 de abril


Resiste al diablo

Por Gloria Copeland
«Por lo tanto, sométanse a Dios; opongan resistencia al diablo, y él huirá de ustedes»
(Santiago 4:7)

Si has estado implorando y pidiéndole a Dios que saque al diablo corriendo fuera de tu vida, ¡detente! La Biblia dice que tú eres el que debe vencerlo.

¿Cómo? Al resistirlo. Cuando el diablo te diga que hagas algo, rebélate contra él y haz lo que Dios dice. Cuando Satanás te mienta, contradícelo con la Palabra de Dios. Dale la contra. En este versículo leemos que cuando lo resistas, él huirá de ti. Satanás “correrá despavorido y lleno de terror”.

Eso significa que adondequiera que vayas, siempre y cuando camines por fe y te opongas al diablo, la oscuridad tendrá que retroceder.

Por lo tanto, comienza a resistir esas tinieblas. ¡Puedes hacerlo! La vida de Dios está en ti. Jesús mismo vive en tu interior. Adondequiera que vayas, Él te acompaña. Todo problema que se levante en tu contra, todo espíritu maligno que trate de influir en tu vida al venir en tu contra, lo estará haciendo contra Dios.

Todo lo que necesitas es tener esa revelación presente. Comienza a vivir ahora mismo tu vida instante tras instante, sabiendo que la luz de Dios está en ti. La Palabra de Dios mora en tu ser. El Espíritu de Dios habita en ti. Vive con el conocimiento de que Jesús, el Hijo de Dios, reside en tu interior. Al hacerlo, ¡verás al diablo correr!

Lectura bíblica: Efesios 6:10-18

jueves, 23 de abril de 2020

22 de abril


Dios de veras cuida de ti

Por Kenneth Copeland
«Descarguen en él todas sus angustias, porque él tiene cuidado de ustedes».
(1 Pedro 5:7)

¿Sabes lo que es enfrentar un problema tan grande que parecería una irresponsabilidad no preocuparse por éste? Quizás no haya nada que puedas hacer, pero sientes que necesitas, por lo menos, estar preocupado. Después de todo, ¡alguien debe hacerlo!…, y no hay nadie que esté ofreciéndose como voluntario para ese trabajo.

Recuerdo que una vez me sentí exactamente de esa manera. Tenía una serie de reuniones en Ruston, Louisiana. Acababa de descubrir que nuestro presupuesto tenía un déficit de $900 dólares, y en esos días esa cantidad me parecían como ¡9 millones! El diablo atacaba mi mente diciéndome que nadie se preocupaba por mí o por mi ministerio, y me decía que yo estaba enfrentando ese problema solo.

Pero en lugar de rendirme ante esos pensamientos, tomé mi Biblia y busqué cada pasaje de la Palabra de Dios que me garantizaba que todo lo que necesitaba ya había sido suplido. Luego, le entregué la preocupación de esos gastos a Dios. Le prometí que con el Espíritu Santo como mi ayudador, no tocaría ese problema con mis pensamientos otra vez.

Ésa no fue una promesa fácil de cumplir. Quería preocuparme. Fui al patio del hotel donde me hospedaba y caminé alrededor de la piscina. Cada vez que pensaba en el problema, declaraba en voz alta: No, yo ya le entregué esa preocupación al Señor. No pensaré en eso. El presupuesto está en las manos de Dios.

Un rato más tarde, un hombre llegó a la entrada del hotel y comenzó a tocar la bocina del automóvil. Traté de no hacerle caso porque no me gusta que me interrumpan cuando estoy orando, pero él sacó su cabeza por la ventana y gritó: “¡Ven aquí!”. Lo dijo con tanta autoridad que obedecí.

Me dijo: “Hermano Copeland, siento molestarlo, pero tengo otro compromiso esta noche y llegaré tarde a la reunión. No quería perderme la ofrenda”. Entonces me entregó un cheque. Cuando regresé a mi habitación y vi el cheque, era por 500 dólares. Con la ofrenda que se recogió en la reunión de esa noche completé la cantidad que necesitaba para cubrir el presupuesto.

¿Te gustaría tener a gente persiguiéndote para suplir lo que necesitas? Entonces la próxima vez que tengas un problema, entrégaselo a Dios. Deja que Él se haga cargo del asunto. Él se ha ofrecido como voluntario para ese trabajo. Tú puedes confiar en que Él lo hará bien. Después de todo, Dios de verdad cuida de ti.

Lectura bíblica: Salmos 37:1-11

21 de abril


El Dios de tus angustias, el Dios de tu corazón

Por Gloria Copeland
«¡Tú eres mi refugio! ¡Tú me libras de la angustia! ¡Tú me rodeas con cánticos de libertad!»
(Salmos 32:7)

En estos tiempos, las dificultades parecen rodearnos por todos lados. Si no es la economía que está mal, es el negocio que fracasa, el matrimonio que va de mal en peor o la falta de buena salud. Sin embargo, Dios ha prometido liberarnos en medio de las dificultades que parecen abrumadoras.

Déjame darte un consejo. Si quieres que Dios sea el Dios en medio de tu angustia, entonces debes dejarlo ser el Dios de tu corazón. Dios honra a los que le honran. Si estás atravesando por alguna dificultad, no empieces a patalear, a gritar y a rogarle que te libre de eso. Hónralo y lee Su Palabra para hacer lo que Él te dice que debes hacer.

El Salmo 34 es un buen lugar para comenzar. Por ejemplo: dice que debemos buscar a Dios (versículo 4). Al buscarlo, Él te librará de las cosas que representan una amenaza para tu vida.

Segundo, este Salmo te instruye a clamar al Señor. Él le librará de todas tus angustias (versículo 6).

Después, te dice que temas al Señor. Si no sabes cómo hacerlo, los versículos 11-14 te dirán exactamente lo que debes saber: debesguardarte de hablar maldad y engaño, apartarte del mal y hacer el bien; buscar la paz y seguirla.

Recuerda: si quieres que Dios sea el Dios de tus angustias, deja que Él sea el Dios de tu corazón. Al hacerlo, todo el cielo estará a tu favor para librarte, y tu triunfo estará garantizado.

Lectura bíblica: Salmo 34

20 de abril


Se sobrenatural a la manera de Dios

Por Gloria Copeland
«Pero el Señor le dijo a Moisés: ¿Por qué me pides ayuda?... levanta tu vara, extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, para que los hijos de Israel lo crucen en seco»
(Éxodo 14:15-16)

Si pasas mucho tiempo con Dios, muy pronto comenzarás a querer hacer las cosas que el mundo considera como sobrenaturales. Querrás imponer las manos sobre los enfermos para que se sanen. Querrás echar fuera demonios. Y querrás arrojar los problemas montañosos al mar.

Es más, ¡puedes hacerlo, si así lo quieres!

¿Cómo? No al lanzarte e “intentar” hacer cosas sobrenaturales, sino primero obedeciendo a Dios, un paso a la vez. Haz las cosas para las cuales Él ya te ha dado poder.

Eso le pasó a Moisés. Él no tenía el poder para dividir el mar Rojo, pero sí contaba con el poder para extender su vara sobre el mar. Y cuando actuó en obediencia al mandato del Señor, el Espíritu Santo hizo el resto.

De la misma manera ocurrirá contigo. Cuando comiences a cumplir con tu parte, el Espíritu Santo hará la Suya, y las cosas sobrenaturales comenzarán a suceder a tu alrededor.

¿Cuál es tu parte? Alimentarte de la Palabra, orar en el Espíritu, escuchar lo que el Espíritu de Dios te dice. Al hacer estas cosas, al empezar a actuar según Dios te guíe y según las instrucciones que recibas de Él, empezarás a moverte en lo sobrenatural de manera tan natural como los pájaros vuelan en el aire. No tendrás que luchar y esforzarte, ni tratar de dividir el mar. Sólo confiarás en el Señor, extenderás tu vara… y verás los milagros.

Lectura bíblica: Éxodo 14

domingo, 19 de abril de 2020

19 de abril


Ten buen ánimo

Por Kenneth Copeland
«Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo»
(Hechos 27:22 RV1960)

¿Qué haces cuando te encuentras en una situación realmente peligrosa?

Si actúas como yo lo hacía, seguramente le clamas a Dios con desesperación. Una tarde cuando estaba llorando con desesperación ante Dios por algo, Él me interrumpió, diciéndome: Kenneth, ¿sabes que Yo no escucho el clamor de Mis hijos cuando lo hacen con desesperación?

«¿Qué? —dije— Yo creía que sí lo hacías». Él dijo: No, Yo escucho el clamor de desesperación de un pecador porque eso es todo lo que puede implorar. Pero una vez que has nacido de nuevo, hijo, debes clamar con fe. Yo escucho el clamor de fe.

¿Qué es un clamor de fe? Es llamar las cosas que no son, como si fueran (Romanos 4:17). Eso es lo que la Biblia quiere decir cuando dice: «Diga el débil: Fuerte soy» (Joel 3:10).

El apóstol Pablo sabía cómo usar el clamor de fe. Por eso, en Hechos 27 exhortó a los hombres en ese barco averiado y a punto de hundirse a “cobrar ánimo”. Les instó para que comenzaran a actuar en fe. ¿Te imaginas lo que pensaron los marineros cuando Pablo les habló?: “Ese predicador es un tonto. Escuchen lo que está diciendo: ¡Que cobremos ánimo! Hemos tirado todo lo que tenemos por la borda, y él dice que tengamos buen ánimo”.

Quizás ahora te sientas como se sintieron esos marineros. Tal vez sientas que tu barco se está hundiendo. Es posible que tengas ganas de llorar por la desesperación. Pero no lo hagas. En vez de eso, haz lo que el apóstol Pablo dijo y ¡cobra ánimo! Clama a Dios en fe y di: “Señor, no me voy a desesperar. Tendré buen ánimo porque Tu Palabra dice que me librarás de esta situación” (Salmos 34:19).

Luego, comienza a alegrarte. Posiblemente necesites más valentía para lograrlo que antes, pero Dios te dará la fortaleza para hacerlo. Te dará el poder para estar gozoso en medio de la oscuridad más densa que el diablo pueda traer a tu vida.

En vez de llorar con desesperación, afírmate en la fe. Canta, regocíjate y alaba a Dios por tu liberación. Ten buen ánimo y podrás estar seguro de que Dios te sacará bien de la tormenta.

Lectura bíblica: Filipenses 4:4-9

sábado, 18 de abril de 2020

18 de abril


Abre la puerta de par en par

Por Kenneth Copeland
«Jesús estaba sentado frente al arca de las ofrendas, y miraba cómo la gente echaba sus monedas en el arca... pero una viuda pobre llegó y echó dos moneditas de muy poco valor. Entonces Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «De cierto les digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca, porque todos han echado de lo que les sobra, pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, ¡todo su sustento!»
(Marcos 12:41-44)

¿Has querido alguna vez llamar la atención de Dios? ¿Sabías que puedes hacerlo?. Hay una cierta osadía, una cierta clase de fe en el dar que llama la atención de Dios. Puedes verlo en 

Abre la puerta de par en par

Kenneth Copeland
«Jesús estaba sentado frente al arca de las ofrendas, y miraba cómo la gente echaba sus monedas en el arca... pero una viuda pobre llegó y echó dos moneditas de muy poco valor. Entonces Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «De cierto les digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca, porque todos han echado de lo que les sobra, pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, ¡todo su sustento!»
(Marcos 12:41-44)

¿Has querido alguna vez llamar la atención de Dios? ¿Sabías que puedes hacerlo?. Hay una cierta osadía, una cierta clase de fe en el dar que llama la atención de Dios. Puedes verlo en Marcos 12.

Lee ese capítulo e imagínate lo que estaba pasando. Jesús estaba sentado junto al arca de las ofrendas, y observaba a la gente depositarlas. Estoy seguro que sabes que había unos fanfarrones luciéndose con motivo de la ocasión. No podían faltar las túnicas farisaicas rozándose cuando esos líderes acaudalados caminaban a echar las ofrendas ese día.

En medio de todo eso, una viuda pobre avanzó y echó su ofrenda. Puedo imaginármela, e incluso hasta puedo escucharla decirse a sí misma: “Por el Dios eterno todopoderoso que vive, ya he tenido suficiente de esta pobreza. Estoy harta de no tener nada más que necesidad. Quizás ahora sólo sea una viuda pobre, pero nunca más volveré a serlo. ¡Voy a ser una viuda en quiebra si Dios no hace algo, porque le estoy dando todo lo que tengo!”.

De repente, ¡zas! Echó el último centavo que tenía en la ofrenda. ¿Sabes qué? Eso atrajo la atención de Jesús y lo motivó a decir: “Escuchen todos. Quiero hablarles de esta mujer…, y comenzó a predicar”.

Lo que movió a Jesús no fue lo que ella dio, sino su manera de ofrendar. Ella dio en fe, no en temor. No se detuvo y calculó lo que no tenía y dijo: “Bueno, si hago esto, mañana no tendré comida”. Depositó con confianza todo lo que poseía, esperando a cambio que Dios cuidara de ella.

Tú y yo necesitamos demostrar esa misma actitud. Necesitamos comenzar a presentar nuestras ofrendas al Señor con confianza, depositándolas con decisión a Su servicio, esperando a cambio Sus bendiciones.

Si necesitas algo ahora mismo, da con osadía y atrae la atención de Dios, así como lo hizo la viuda. Abre la puerta de tu hogar de par en par dándole a Jesús todo lo que tienes. Dile que Él es tu fuente y tu proveedor. Cuando menos lo esperes, ¡la abundancia de Dios se derramará en tu vida!

Lectura bíblica: Marcos 12:28-44

Lee ese capítulo e imagínate lo que estaba pasando. Jesús estaba sentado junto al arca de las ofrendas, y observaba a la gente depositarlas. Estoy seguro que sabes que había unos fanfarrones luciéndose con motivo de la ocasión. No podían faltar las túnicas farisaicas rozándose cuando esos líderes acaudalados caminaban a echar las ofrendas ese día.

En medio de todo eso, una viuda pobre avanzó y echó su ofrenda. Puedo imaginármela, e incluso hasta puedo escucharla decirse a sí misma: “Por el Dios eterno todopoderoso que vive, ya he tenido suficiente de esta pobreza. Estoy harta de no tener nada más que necesidad. Quizás ahora sólo sea una viuda pobre, pero nunca más volveré a serlo. ¡Voy a ser una viuda en quiebra si Dios no hace algo, porque le estoy dando todo lo que tengo!”.

De repente, ¡zas! Echó el último centavo que tenía en la ofrenda. ¿Sabes qué? Eso atrajo la atención de Jesús y lo motivó a decir: “Escuchen todos. Quiero hablarles de esta mujer…, y comenzó a predicar”.

Lo que movió a Jesús no fue lo que ella dio, sino su manera de ofrendar. Ella dio en fe, no en temor. No se detuvo y calculó lo que no tenía y dijo: “Bueno, si hago esto, mañana no tendré comida”. Depositó con confianza todo lo que poseía, esperando a cambio que Dios cuidara de ella.

Tú y yo necesitamos demostrar esa misma actitud. Necesitamos comenzar a presentar nuestras ofrendas al Señor con confianza, depositándolas con decisión a Su servicio, esperando a cambio Sus bendiciones.

Si necesitas algo ahora mismo, da con osadía y atrae la atención de Dios, así como lo hizo la viuda. Abre la puerta de tu hogar de par en par dándole a Jesús todo lo que tienes. Dile que Él es tu fuente y tu proveedor. Cuando menos lo esperes, ¡la abundancia de Dios se derramará en tu vida!

Lectura bíblica: Marcos 12:28-44

17 de abril



Sin ofensas

Por Kenneth Copeland
«El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo» 
(1 Juan 2:10)

Si observas que estás cayendo en el fracaso o el pecado, examina tu vida de amor. Acércate al Señor y pídele que te revele si existe contienda con alguna persona, o si guardas ofensa en contra de alguien. De ser así, el diablo tiene acceso a tu vida y puede hacerte tropezar.

Como predicador, lo he visto suceder un sin número de veces. Han habido ocasiones en las que algunos creyentes se han molestado conmigo por lo que digo. Piensan que estoy equivocado y se retiran enfadados—y luego me he enterado de que se encuentran en problemas.

En Marcos 4:17 leemos que el diablo usa esa clase de ofensas para robarnos la Palabra de nuestro corazón. El diablo hace que nos disgustemos los unos con los otros, y eso le da la oportunidad para quitarnos el tapón y dejar salir la Palabra de Dios como el agua cuando se deja correr.

No dejes que esto te suceda. Si oyes a un predicador o a un creyente decir algo contrario a lo que crees y te sientes ofendido, di: “No, tú no me robarás la Palabra, diablo mentiroso”. A continuación, arrodíllate y arrepiéntete delante de Dios.

Escudriña la Palabra y escucha al Espíritu en tu interior, pide por entendimiento para saber lo que debes hacer. Si todavía crees que esa persona actuó mal, ora por ella.

Recuerda: guardar ofensa nunca proviene de Dios. Él nos enseña que debemos estar arraigados y cimentados en amor. Así que deja esos sentimientos de ofensa. Entrégate a esa persona en amor y oración, y podrás salir de esa situación sin tropiezo alguno.

Lectura bíblica: 1 Juan 2:1-11

jueves, 16 de abril de 2020

16 de abril


Conquista nuevas tierras

Por Kenneth Copeland
«Una vez más les digo, que si en este mundo dos de ustedes se ponen de acuerdo en lo que piden, mi Padre, que está en los cielos, se lo concederá»
(Mateo 18:19)

Como creyentes, somos parte de un ejército conquistador que toma constantemente nuevas tierras para el reino de Dios. ¿Cierto?

Bueno, así es como debería ser. Pero justo en el momento en que el ejército llega a la cumbre de la colina y está listo para avanzar, parece que Satanás saca su gran armala divisióny esparce a los creyentes por todas partes.

¿Cómo podemos contraatacar la estrategia de la división? Lanzando un ataque aún más efectivo con uno de los recursos más poderosos que nos ha dado el Señor Jesús: la oración en común de acuerdo.

Jesús dijo que si dos de nosotros nos ponemos de acuerdo para pedir cualquier cosa¡nos será hecha! Esas palabras son tan poderosas que a muchos se les hace difícil creerlas. Si lo hicieran, veríamos grupos de cristianos en cada esquina poniéndose de acuerdo en oración.

Busca a alguien para ponerte de acuerdo en oración esta misma semana, y asegúrate de orar basado en la Palabra de Dios. Quizás tengan opiniones diferentes en cuanto a todo lo demás, pero podrán estar de acuerdo con respecto a la Palabra.

También, asegúrate como grupo de que el acuerdo sea total: en espíritu, alma y cuerpo. Derriben argumentos, teorías y pensamientos contrarios a la Palabra. Lleven cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. Guarden sus pensamientos y sus palabras.

Después, pónganse de acuerdo como grupo al declarar con sus labios las cosas que han acordado. Finalmente, actúen como si ya hubieran recibido la respuesta. No sigan pidiendo y pidiendo, sino den gracias a Dios. ¡Manténganse de acuerdo y conquisten nuevas tierras para el Señor!

Lectura bíblica: Hechos 4:1-31

15 de abril


Vive una vida de amor

Por Kenneth Copeland
«El amor de Dios se ha perfeccionado verdaderamente en el que obedece su palabra, y por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo»
(1 Juan 2:5-6)

No hay nada—absolutamente nada—que sea más importante que aprender a amar. De hecho, el nivel de perfección alcanzado en tu vida de amor, determinará cuánto alcanzarás de la perfecta voluntad de Dios. Eso explica el porqué toda fuerza espiritual proviene del amor. Por ejemplo, la Biblia dice que la fe obra por el amor. Es casi imposible que la oración sea contestada si el creyente se sale del amor y se niega a perdonar a su hermano.

Si no tienes amor, tus ofrendas de nada te servirán. El don de lenguas y la profecía tampoco producirán efecto. Tu fe será un fracaso y tus conocimientos no producirán frutos. Todas las verdades que has aprendido de la Palabra de Dios obran por el amor. No te serán útiles a menos que vivas en el amor de Dios.

En 1 Corintios 13:4-8, se muestra un cuadro perfecto de cuál es la conducta del amor: es paciente y benigno. No es celoso ni orgulloso. No hace nada indebido, no es egoísta y no se irrita. El amor: «Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta» (versículo 7).

Pareciera una lista muy demandante, ¿cierto? Pero no te desesperes. Tú eres una criatura de amor. Tu espíritu ha sido recreado por Dios a la imagen del amor, y Él ha enviado a Su Espíritu de amor a vivir en ti y a enseñarte a amar como Él ama. Tú puedes empezar a gozar de la vida de amor que Dios quiere que vivas. Empieza hoy mismo.

 

Lectura bíblica: 1 Corintios 13:1-13