domingo, 26 de abril de 2020

25 de abril


Ya ha empezado a llover!

Por Kenneth Copeland
«Y ustedes también, hijos de Sión, alégrense y llénense de gozo en el Señor su Dios; porque él les ha dado la primera lluvia a su tiempo, y enviará sobre ustedes lluvias tempranas y tardías, como al principio» 
(Joel 2:23
)

Se avecina una inundación espiritual. Dios lo ha prometido. Él nos ha prometido un derramamiento del poder del Espíritu Santo que producirá la cosecha más grande de almas que jamás se haya visto.

Como creyentes, por años lo hemos leído en la Palabra y escuchado desde los púlpitos. Por tanto tiempo hemos estado observando el cielo, esperando que suceda, que ya tenemos calambres en nuestros cuellos espirituales. Hemos tenido esta imagen mental de Dios derramando Su Espíritu desde un enorme cántaro celestial encima de nosotros.

Pero ¿sabes qué? Hemos estado mirando en la dirección equivocada. Los cántaros que Dios usará para derramar. Su poder están aquí en la Tierra. Jesús lo explicó así: «Del interior del que cree en mí, correrán ríos de agua viva, como dice la Escritura» (Juan 7:38).

El derramamiento del tiempo final que hemos estado esperando va a estar compuesto de aguas vivas que emanarán de los creyentes. El Espíritu Santo dentro de nosotros, será la fuente de todas las señales, maravillas y milagros que los profetas anunciaron. Cuando comencemos a orar con fervor la oración de intercesión, el derramamiento de ese poder comenzará a fluir.

En Zacarías 10:1 leemos: «Pidan ustedes al Señor que llueva en la estación tardía, y el Señor enviará relámpagos y a cada uno le dará lluvia abundante y hierba verde en el campo».

Nuestras oraciones intercesoras son las que liberarán el gran derramamiento del Espíritu de Dios. Al comenzar a unirnos y clamar a Dios, los ríos de agua viva en cada uno de nosotros se unirán y llegarán a ser una inundación de poder espiritual en la Tierra.

Así que, pide y ora por una fuerte inundación del Espíritu Santo. Intercede por el derramamiento. Haz de este diluvio de poder espiritual sea una prioridad en tu vida de oración. ¡Gloria a Dios, ya empezó a llover!

Lectura bíblica: Joel 2:23-32

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